domingo, 30 de noviembre de 2014

El arquitecto Alberto Campo Baeza ingresa en la Academia de Bellas Artes






Con el discurso "Buscar denodadamente la belleza", el arquitecto Alberto Campo Baeza ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Fernando defendiendo que el cumplimiento de la función y el ordenamiento del espacio por medio de la construcción son pilares imprescindibles para acceder a la belleza.
En este discurso, que contestará en nombre de la Academia el escultor y arquitecto Juan Bordes, Campo Baeza analizará hoy el concepto de belleza en el pensamiento creativo de algunos grandes artistas y escritores, para aplicarlo a su idea de la arquitectura.
La arquitectura como "idea construida" será el eje de unas palabras en las que reivindicará esta idea como un producto del pensamiento.
Tres son las características que Campo Baeza entiende como propias de toda arquitectura que participe de la ansiada aspiración a la belleza: el carácter investigador, la precisión poética y la capacidad de trascender.
En su discurso hará referencia a algunos edificios referenciales que en la historia de la arquitectura han materializado la belleza funcional y constructiva; en particular, el Panteón de Roma, la Alhambra de Granada y el mítico Pabellón de Barcelona, tres ejemplos con capacidad para suspender el tiempo.
Además, abordará el anhelo de belleza en tres nombres fundamentales de la arquitectura contemporánea: Mies van der Rohe, Le Corbusier y Frank Lloyd Wright.
Campo Baeza concluirá definiendo el límite de la belleza en sus planteamientos arquitectónicos de la mano de Keats: "La belleza es la verdad, la verdad la belleza, esto es todo lo que sabemos en la tierra, y lo único que necesitamos saber".
Arquitecto y catedrático de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Madrid, Alberto Campo Baeza fue elegido miembro numerario por la Sección de Arquitectura de la Real Academia el 24 de febrero de este año, a propuesta de los académicos Francisco Calvo Serraller, Alfredo Pérez de Armiñán y Tomás Marco.
El nuevo académico, que ocupará la plaza vacante dejada por José Luis Picardo, nació en Valladolid en 1946 y se formó en Madrid con Alejandro de la Sota, Julio Cano Lasso y otros prestigiosos arquitectos. Desde 1986 ocupa la cátedra de Proyectos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
Arquitecto de amplia trayectoria y reconocimiento internacional, su obra ha sido expuesta en Chicago, Nueva York, Vicenza, Estambul, Tokio, Atenas, Roma, Moscú, Madrid y otras ciudades del mundo.
Ha impartido enseñanza en la ETH de Zúrich y la EPFL de Lausana, así como en la University of Pennsylvania, la PENN de Filadelfia,la Bauhaus de Weimar, la Kansas State University, la CUA University de Washington y en las universidades de Dublín, Nápoles, Virginia y Copenhague. En 2003 y 2011 estuvo adscrito como investigador a la Columbia University de Nueva York.
Campo Baeza ha obtenido numerosos galardones nacionales e internacionales, entre ellos en 2009 el Premio Torroja de CajaGranada y el premio de la Bienal de Buenos Aires por su Guardería para Benetton en Venecia y por el Museo de la Memoria en Andalucía.
En 2010 fue finalista en los premios FAD por su obra Entre Catedrales, y en 2011 se le nombró colegiado de honor por el Colegio de Arquitectos de Cádiz.
Nominado en 2012 al Premio Mies van der Rohe por el Edificio de Oficinas para la Junta de Castilla y León en Zamora, obtuvo ese mismo año el Premio a la Excelencia Docente de la Universidad Politécnica de Madrid.
El pasado año recibió el Arnold W.Brunner Memorial Prize de la American Academy of Arts and Letters, la Heinrich Tessenow Gold Medal de la Universidad de Hamburgo y el International Award Architecture in Stone de Verona.
Arquitecto con una obra rigurosa, refinada y de gran personalidad, su libro "La idea construida" es una de las publicaciones de referencia en la teoría arquitectónica española de los últimos decenios, con nueve ediciones en varios idiomas, desde su edición primigenia en 1996.
El arquitecto estadounidense Richard Meier, Premio Pritzker, ha considerado que desde los inicios de la carrera de Alberto Campo Baeza ha existido una comprensión y un dominio de la historia de la arquitectura que proporciona una marcada lucidez y sustancia a su obra.
"En sus proyectos existe una articulación perfecta de la elemental tensión entre sólido y vacío, espacio interior y exterior, luz y volumen. Gravedad, espacio, luz y tiempo son fuerzas interconectadas en su obra".
La luz en la obra de Campo Baeza, según cada momento, baña, penetra, fulgura y es siempre brillante. "Su investigación sobre la luz y la masa es vital, no sólo para el éxito de su propia carrera, sino también para identificar lo que la arquitectura moderna continúa logrando", según Richard Meier.

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