jueves, 5 de febrero de 2015

Alain Seban: «No existe en París una sala como la del Pompidou Málaga»





«No existe en París una sala equivalente a la del Pompidou Málaga, que abre las puertas a nuestra colección, a poder desvelar nuestras grandes obras, y con la que podremos dar rienda suelta a nuestra imaginación». Esta frase, pronunciada ayer por el presidente del Centro Pompidou de París al terminar su visita privada a las obras, resume el estado de ánimo de los gestores del museo parisino a un mes de la apertura del Centro Pompidou Málaga en la esquina de oro del Puerto. Alain Seban llegó a Málaga acompañado por Bernard Blistene, director del museo adscrito al Pompidou; Brigitte Leal, directora adjunta del museo, y un amplio equipo de técnicos para supervisar el estado de los trabajos. La conclusión tras inspeccionar cada rincón fue también elocuente: «Fabuloso». «Estoy extremadamente satisfecho con la forma en la que han trabajado los arquitectos para dar su aportación al edificio manteniendo, eso sí, el estilo y el sello Pompidou».
El espacio está absolutamente integrado con el entorno del Muelle Uno, hasta el punto de que todo el espacio de recepción de visitantes se ha concebido como una extensión permeable del propio paseo, con los mismos materiales y pavimento. El hormigón, la madera y el aluminio realzan el protagonismo de la luz y de las blancas paredes que pronto se llenarán de obras. Si desde el exterior el Museo Pompidou emerge como un gran navío amarrado a puerto, al entrar el visitante descubre la inmensidad de las salas, que recuerdan la planta de una catedral con el emblemático Cubo como cúpula transparente y lucernario.
Seban estuvo acompañado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que apuntillaba en francés las explicaciones del arquitecto Javier Pérez de la Fuente y la traductora. La recepción, las taquillas, los baños, las salas complementarias, los techos industriales, la sala de máquinas, los montacargas... Todos los detalles fueron inspeccionados, con especial interés el salón de actos polivalente, dotado de techos de bambú y un sistema de sillas telescópicas que permite que el pequeño patio de cien butacas se esconda para dar paso a un espacio diáfano donde están pensadas instalaciones audiovisuales y actividades de danza.
Y sin mucho ruido, porque la Junta Electoral prohibió convertir la visita en un acto público por la cercanía de las elecciones andaluzas, todos se marcharon hacia el aeropuerto citados para la inauguración, «para la que tenemos reservada una bonita sorpresa en el Cubo».
Un apretón de manos puso fin a la visita de dos hombres, Seban y De la Torre, marcados por el mismo sino: ganarse este mismo año la reelección de sus respectivos cargos. De ahí tanta coincidencia, tanta prisa, los turnos dobles en las obras, los trabajos en fin de semana y la sensación de los operarios de que lo que se debía haber hecho en un año se va a hacer en tres meses y pico. «Pero llegaremos a tiempo», dijo un operario mientras repasaba la pared.

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