domingo, 1 de junio de 2014

JACQUES HERZOG | ARQUITECTO “La arquitectura puede ayudar a recuperar la vida en las calles”




Unas 1.800 personas trabajan ya en la futura sede del BBVA, el último icono en construcción en la periferia norte de Madrid. Ocupan lo que llaman “la alfombra”, la base de un óvalo inclinado que estará listo en 2015. Los empleados se sientan en las terrazas o fuman en las calles que cruzan ese zócalo levantado, en parte, con los edificios que ocupaban un solar de seis hectáreas en el barrio de Las Tablas. Uno de los autores del proyecto, el suizo Jacques Herzog (Basilea, 1950), está de acuerdo en que la paradoja resume bien su inmueble: icónico y urbano a la vez, antiguo y nuevo a un tiempo, hermético por fuera y luminoso y humano en el interior... “Un gran proyecto no puede ser homogéneo”, esgrime. Herzog habla un castellano preciso. A pesar de ser un hombre sin tiempo, parece haberlo encontrado para aprender el idioma que practica con una profesora y cuando viaja a su casa en Canarias.
Los empleados del BBVA tocan su edificio. Ocurre con muchas de las obras de Herzog & de Meuron, autores de CaixaForum en Madrid o del Museo TEA en Tenerife. El roble de las barandillas o los zócalos convertidos en banco hacen que se escapen las manos. “Es más importante sentir que mirar un edificio, ese es el camino. La arquitectura ha cambiado mucho en el último lustro. Odiamos la excentricidad pero, a la vez, pensamos que puede haber arquitectura en un muro o en una escalera. Por eso es una obligación trabajar con lo que existe. En la Tate Modern de Londres, en CaixaForum o aquí recortamos lo que había para darle nueva vida. Esta sede es un edificio y también una pequeña ciudad”.

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