martes, 17 de marzo de 2015

Espacios de lo posmoderno. "Batcave" o la oficina de Batman.







La cuestión de si la arquitectura de nuestro tiempo fomenta el caos y por el contrario el orden no debe subestimarse. De las arquitecturas fílmicas más atractivas de los últimos años destaca la trilogía de Batman de Christopher Nolan (Batman BeginsEl caballero oscuroEl caballero oscuro: la leyenda renace). Gotham ha sido siempre una metáfora de la ciudad posmoderna y el urbanismo atravesado por el poder y el capital. No hace falta que a los rascacielos se les de una impronta futurista. Gotham es la retícula espacial donde el bien y el mal luchan una batalla moral. En Gotham, sin embargo, destaca una arquitectura subterránea: Batcave. Una arquitectura del orden, pureza de líneas, frente al caos de la ciudad posmoderna, nocturna e interconectada.

Batcave resulta interesante por una multitud de aspectos, pero principalmente el reciclaje de un espacio industrial proporciona al espacio una patente posmoderna típica de la ciudad post-industrial en proceso de adaptación a una nueva economía. Cuando me refiero aquí a “posmoderno” no quiero resaltar ninguno de esos detalles estilísticos historicistas asociados al estilo posmodernista en arquitectura. Evidentemente Batcave carece de cualquier asociación  de “estilo” en ese sentido. Más bien me refiero al paradigma de la ciudad en la nueva economía del capitalismo tardío donde lo cultural y lo económico se fusionan hasta hacerse indistinguibles. Batcave es brillante y diseñado como con ojo láser. La oficina de Batman. Un falso techo traslúcido corta el espacio vertical situándonos en un plano horizontal. El contraste entre el uso anterior de este espacio industrial del que aun conserva la pátina mugrienta y la claridad y limpieza del techo es sencillamente clarividente.

En el contexto del arte puede considerarse el primer “cubo blanco” el edifico de la Secession en Viena construido en 1897 por Joseph Maria Olbrich. El uso de cubiertas translúcidas para la entrada de luz natural a los espacios expositivos puede verse como un avance indiscutible en la historia de las exposiciones. Desde entonces, el estilo racionalista y la arquitectura moderna adaptaron la techumbre o el panelado translúcido como ideales para la exhibición de arte moderno. No pocos Kunsthalles y Kunstvereins germanos han seguido por esta senda.
Batcave es, en este sentido, el producto de una intersección semántica de alto calado: por un lado la tendencia actual de apropiación de espacios industriales en decadencia para su reconversión en la nueva ciudad posmoderna y por otra, la apropiación del ideario de la transparencia típica de la arquitectura moderna. Todo ello aplicado a un bunker, un espacio al margen de la ley pero combatiendo su ineficacia y falta de legitimidad. Un espacio secreto que oculta pero que clama por la necesidad del restablecimiento moral del orden.


Podría argumentarse que Batcave recuerda al uso de la luz translúcida en el Kunsthaus de Bregenz de Peter Zumthor, donde el contraste entre las paredes de cemento y la techumbre iluminada otorgan una sensación aurática y experiencial. Pero la radicalidad de Batcave está en que todavía no es un espacio para la cultura. La oficina de Batman funciona como un módulo conceptual que es en sí misma una obra de arte y una arquitectura al más alto nivel. Desconozco la mente que está detrás de este diseño. ¿Acaso el propio Nolan? Un último rasgo a destacar es el de la horizontalidad, es decir, el achatamiento del espacio a la altura de la mirada, un aspecto éste que es propio de un modo de visión ciencia-ficción. Batcave es un espacio sci-fi, posmoderno e indicador de las transformaciones de la ciudad y la arquitectura en nuestro tiempo.

Interior de la sala de exposiciones del Kunsthaus Bregenz de Peter Zumthor.


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