Aunque su obra no es muy extensa, el arquitecto suizo goza de una gran reputación. “Como arquitecto, soy un autor”, escribe Peter Zumthor en su primera y muy esperada monografía. Respeto, calidad y precisión definen su labor.

“Suelo concebir mis construcciones del interior hacia el exterior y viceversa. Y luego otra vez del interior hacia el exterior hasta que todo encaja”, explica Zumthor en la monografía que recorre 30 años de trayectoria profesional.
El documento presenta 43 proyectos -algunos muy conocidos, otros jamás vieron la luz- a través de fotografías, planos, croquis y acuarelas. Los textos de acompañamiento salieron del puño y letra del propio Zumthor, distinguido con el Premio Pritzker, considerado como el Nobel de Arquitectura.
El editor, Thomas Durisch, seleccionó los proyectos y los documentos que contiene la monografía en colaboración con Zumthor. Ambos se conocen desde hace más de 20 años. Thomas Durisch es también arquitecto y trabajó con Zumthor en la concepción del Museo de Arte de Bregenz, en Austria, y de las Termas de Vals, en el cantón de los Grisones, entre otras.

“Normalmente, es el propio autor quien escribe una monografía autobiográfica”, asegura Thomas Durisch a swissinfo.ch. “Algunos de mis amigos artistas me preguntaban: ¿Alguien como Zumthor va a permitir que otra persona seleccione sus trabajos para un monográfico?
“En este libro quería presentar las obras sin ser apenas visible, Es algo insólito. Normalmente, el redactor explica, clasifica y organiza el contenido. En este caso, la idea era ofrecer un enfoque íntimo, cercano, del artista y su obra”.
Zumthor es una persona reservada que concede escasas entrevistas. De hecho, rechazó la solicitud de swissinfo.ch alegando estar muy ocupado con los proyectos en curso. La monografía, sin embargo, debe entenderse como una declaración del propio Zumthor, según Durisch.

Artesano

La publicación comienza con el primer estudio que el arquitecto suizo construyó en 1985-86 en Haldenstein, localidad del cantón de los Grisones, donde trabaja hasta hoy. Zumthor, que se formó como ebanista y luego estudió Arquitectura en Basilea y Nueva York, no quería incluir en el monográfico ninguna obra previa a 1985, cuando aún buscaba sus señas arquitectónicas.
A lo largo de su trayectoria ha trabajado, sobre todo, en proyectos pequeños y complejos. Entre los más conocidos internacionalmente figuran el Museo de Arte de Bregenz, el Museo Kolumba de Colonia y el pabellón en los jardines de la Serpentine Gallery de Londres.
La monografía incluye también algunos fracasos, uno de ellos muy sonado: el Centro sobre la Topografía del Terror en Berlín, en el antiguo cuartel de la Gestapo. Zumthor abandonó el proyecto debido a una serie de dificultades económicas y políticas.
El oficio de arquitecto no está exento de riesgos: de los 43 proyectos incluidos en la edición monográfica, 19 se concretaron y 8 están de construcción, mientras que 16 no llegaron a ver la luz. En el curriculumvitae de Zumthor figuran 52 obras terminadas, 17 en construcción y 70 que se quedaron en la fase de planeación.

Mística

Zumthor tiene fama de ser una persona muy controladora. “Como autor, quiere dedicar el tiempo necesario a un proyecto, reflexionar sobre su utilidad, su repercusión en el espacio arquitectónico y aprovechar todos los conocimientos que ha acumulado con los años”, explica Thomas Durisch.
Sus edificios reflejan ese empeño por buscar una calidad atmosférica casi sensual. Las Termas de Vals, un laberinto de piscinas construidas entre cemento y piedra extraída de las colinas circundantes, han sido descritas como una historia de amor entre la piedra y el agua.
Estos factores, sumados al esmero con el que Zumthor elige sus proyectos, confieren una dimensión mística a su arquitectura. En la monografía apenas hay retratos de él. Son escasas las fotos en las que se le ve trabajando en el estudio o en una obra. Tal vez sorprenda que sí se muestre la casa familiar en Haldenstein, dado el empeño de Zumthor por preservar su vida privada.
Monografía
Esta edición monográfica en 5 volúmenes presenta 43 proyectos de Peter Zumthor.
Está publicada en alemán, francés e inglés y consta de 856 páginas, que incluyen 750 fotos, esbozos, croquis, dibujos y acuarelas, además de textos escritos expresamente para la ocasión por el propio Zumthor. La monografía pesa 6 kg. Cada volumen está dedicado a uno de los nietos del arquitecto.
Thomas Durisch, el editor y arquitecto de formación, trabajó con Zumthor entre 1990-1994. Ha sido comisario de varias muestras dedicadas a la obra del suizo, entre ellas la que albergó el Museo de Arte de Bregenz en 2012-2014.
“Concebir y construir su propia casa es un privilegio y algo completamente diferente a trabajar para un cliente”, anota Thomas Durisch. “Uno se plantea cuestiones muy personales y existenciales a la hora de proyectar su propio hogar”.
Por esta razón, la casa Haldenstein y otros edificios de familiares de Zumthor figuran en este monográfico como ejemplos “importantes y característicos del conjunto de su obra”.

Artista y arquitecto

Köbi Gantenbein, redactor jefe de la prestigiosa revista suiza de arquitectura y diseño ‘Hochparterre, reconoce que Zumthor tiene aura.
“Es un exponente convencido del concepto del artista-arquitecto. Lo vive, es el aire que respira”, sostiene.
“Zumthor controla y supervisa personalmente sus proyectos y es muy exigente. Esto no significa que sea difícil trabajar con él. Sencillamente quiere sacar lo mejor de cada uno, incluido él”.
Para Köbi Gantenbein, es uno de los pocos arquitectos contemporáneos suizos que gozan de un consolidado renombre internacional. Entre ellos figuran Mario Botta y Herzog & de Meuron, los autores del estadio olímpico de Pekín y que disponen de oficinas en el mundo entero.
El equipo de Zumthor, por el contrario, ronda las 25 personas, aunque su número se multiplicará considerablemente para la ampliación del Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), el mayor proyecto internacional que ha asumido hasta ahora el arquitecto.
La idea original, incluida en la monografía, generó polémica en Los Ángeles, porque hubiera hecho sombra a los Pozos de La Brea, un prolífico depósito de fósiles de la Edad de Hielo en el corazón de la metrópoli.

A finales de junio se anunció que Zumthor había decidido modificar la forma del edificio y alejarlo de los históricos pozos y que planeaba un eslabón similar a un puente que cruzará el Bulevar Wilshire.
Zumthor y su equipo aguardan que las autoridades municipales den luz verde al proyecto por valor de 650 millones de dólares.